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Hija de un poeta y una socióloga, hermana de tres mujeres , la menor de todas ellas, Escrow Manager y bloguera, friolenta y tragoncita. Que disfruta conocer diferentes lugares de comida , viajar y cocinar. Le encantan los gatos, los búhos, los atardeceres, los programas de asesinatos y concursos de resposteria, ama el café con leche y la buena conversación. Un poco obsesiva con el orden de su hogar y con los sonidos de la noche. Soy tranquila, risueña, carrilluda, independiente y muy trabajadora.

lunes, 12 de junio de 2023

 


Y sí …

Hace 7 meses creí que no iba a poder lograrlo, que el amor que te tenía me iba a superar e iba regresar a intentarlo nuevamente de otra forma, y seguramente, volveríamos a fracasar.  

Yo puedo reinventar y crear mil maneras para estar juntos, pero tú estás ahí, te quedas donde mismo, tu ser es estático.   Eres el hombre que espera que el cambio llegue a él.

Y sí, hay momentos del día que pienso en ti, que recuerdo lo bonito que era tenerte a mi lado.   Ahora veo mis errores y trato de corregirlos para no volver a cometerlos. 

Y si no hubiera puesto distancia no iba a poder ver el panorama completo, tenía que alejarme para poder observar y no dejarme llevar por el sentimiento.

Y sí, creo que todavía te quiero mucho, pero estoy aprendiendo a amarme y a ponerme a mí en primera persona.

Cada quien viaja a su propio ritmo, tal vez en algún momento la vida nos vuelva a unir cuando seamos la mejor versión de nosotros mismos.

viernes, 14 de abril de 2023

Sábado de tarde libanesa


El árabe parecía ser lo que la mexicana buscaba en el momento más imperfecto. 

Decía todo lo que su corazón anhelaba escuchar de un hombre. Era el vato asertivo,  que sabe lo que quiere y que no se anda con rodeos. Después de varios días y horas de llamadas telefónicas invitó  a salir a la mexicana. Y oh sorpresa,  libano man no tenía encanto, ni más tema de  conversación,  todo era relacionado con su país de origen, sus múltiples trabajos, sus carros de marca y su cirugía de emergencia. La velada era un monólogo con la persona más egocéntrica, racista  y antipática jamás conocida.


Eran el dúo más imperfecto,  idiomas opuestos,  metas  contrarias  en fin eran el dolce and salato del lugar.

sábado, 8 de abril de 2023

Crónicas de convivencia masculina



La sociedad critica las relaciones de pareja donde hay mucha diferencia de edad. Constantemente se habla sobre los “dady issues” de las mujeres y los hombres que se creen jóvenes. Pero nadie habla de lo divertido que es cuando el hombre no es un “chavo ruco”, es un señor propio de su edad y una mujer menor que él convive con esta personalidad adulta e ideática en su máxima potencia.

 

Decir frases como: “no se debe comer huevo diario, es mucho colesterol”, “después de las 3 pm ya no tomo café o no duermo”, “está muy feo el clima, deberías quedarte en casa a trabajar”, o la más bonita “¿trajiste tu vasija para llevarte café?”.

 

Utilizar objetos que alguien joven ya no usa o conoce, como el calzador de zapatos, guardar revistas Proceso (obviamente hay una revista del año de nacimiento de la mujer joven en su colección). Levantar el pulgar en todas las fotos que le tomen, etc. Sintomatología propia de la edad, como tener desequilibrio al levantarse del sillón, tener intimidad con calentón eléctrico, sentirse mareado después del coito, y sorprenderse de cómo ha evolucionado el sexo en práctica y terminología.

 

O simplemente recordar fechas importantes de cuando encontró su primer trabajo, o viajó por primera vez a Europa, citando el año y preguntándole a la otra persona qué hacia ella en esa época, las respuestas de ella suelen ser: “saliendo del kínder,” “empezando mi primer periodo” o bien “eligiendo mi carrera profesional”.

 

En fin, Laura e Iván han compartido a lo largo de 9 años interrumpidos múltiples anécdotas y momentos de risas.


martes, 28 de marzo de 2023

Coiki


Empiezo  a escribir con algunas lágrimas recordando la infinidad de travesuras que hicimos juntos,  como aventar canicas desde el balcón sobre la cabeza a la gente que pasaba,  masticar chingo de chicles para hacer las pelota más duras, las bromas telefónicas a nuestros compañeros de escuela,  las pinteadas de clases planeadas para quedarnos en casa a ver televisión y hablar por teléfono todo el día, y pasarte recetas via telefónica de cómo hacer chilaquiles.
Las miles de trampas y mentiras que le hicimos a las trillizas.

Las tardes que nos la pasábamos escuchando el CD de Shakira mientras comíamos golosinas que escondias bajo tu cama, mientras las mamás nos ordenaban la cena más saludable para sus gorditos, y como olvidarnos de cuando conocimos el xenical y sus efectos de la peor manera.

Recuerdo cuando jugábamos en el garaje con la reja eléctrica haciendo la escena de Indiana Jones, hasta que el guardia nos regañó porque casi nos atropellan.

Recuerdo también tus múltiples materias reprobadas, y yo regañandote para que le echaras ganas y nos compraran el gameboy. Y tu justificandote convenciendome que reprobabas para entrar en el mismo año juntos (pinchi Coiki vaquetón).

Recuerdo nuestros días de niñeros asignados haciendo llorar a los morritos, y jugar piedra  papel o tijera para ver quien  le tocaba cambiar pañales a la bebita (siempre perdías).

Y como olvidar tu amor por las quesadillas, las albercadas, tu camiseta de Homero Simpson y tu  Tommy gigante, y nuestro pavor compartido por las arañas.

Cuando me cotorreabas diciendo que el piso de las fiestas era el primero, y yo te alegaba que era PB, y tú  me decias que esa era el piso de Puros Baños y yo bien pendeja te creí a mis 8 años jaja.

O cuando te quedaste solo en casa  y tu mamá  te dejaba comida hecha en el congelador para que te calentaras y tu te la deborabas en la primer semana, o cuando te decidiste lavar tu uniforme y lo pintaste todo rosa por lavar tu sudadera roja con la ropa blanca.

Y cuando jugábamos a ser bar tender y  preparabas tu bebida especial que era una mezcla asquerosa de todas las sodas y nos daba coma diabético.

Me acuerdo cuando me hiciste mi primer correo electrónico para poder chatear en Burundis. Hasta la fecha sigo usando el mismo correo, soy Sandra Dee por siempre.

Recuerdo las carcajas cuando te ponía hacer gimnasia artística y parecíamos personajes de la película de fantasía con cero flexibilidad.

O cuando imaginabamos si en un futuro seríamos como nuestros papás y haríamos reuniones de rucos y fumariamos y escuchariamos música como ellos.

Me quedo con todas las risas y  anécdotas vividas y con la mejor de tus frases:
"Si es comida, es buena".

See u soon my love

lunes, 6 de marzo de 2023

Disfrutando mi soledad

 


                        Creía que este día nunca llegaría, lo sentía tan lejano como a ti…

lunes, 23 de enero de 2023


Me hubiera gustado encontrar la manera de quedarme y ser feliz

jueves, 19 de enero de 2023


Hoy extrañé tus brazos, tus manos y tus gestos .

Hoy extrañé tus labios , tu pecho y tus mimos.

Hoy extrañé tenerte ...

Nos dejamos llevar por la monotonía ...

 


De pronto el tiempo sobra.
Y tengo la televisión para mi sola, la cama king size  para mi sola, chocolates para mi sola  y la palabra "sola" empieza a penetrarme el alma.

martes, 17 de enero de 2023




Hoy tomé un baño como  cada mañana al despertarme. Estaba ahí disfrutando el agua caliente cayendo sobre mi espalda... y de pronto me dejé llevar y recordé esos días cuando nos duchabamos juntos, me tomabas en tus brazos y me dabas besos  bajo la lluvia, tallabas mi espalda con la esponja y yo me dejaba consentir. 

Por un instante olvidé que era solo un recuerdo ....

domingo, 8 de enero de 2023



Cuando vivíamos juntos, recuerdo que no quería estar en casa, sentía que afuera había un mundo esperándome pero él solo quería estar frente a la computadora  en su estudio, tomando café. Yo le veía a lo lejos y pensaba, como es que ese hombre del que yo me enamoré  solo quiere estar ahí. Se excusaba que no tenia tiempo libre porque necesitaba sacar más dinero para apoyarme. Ahora me doy cuenta que era la justificación  perfecta para tener su tiempo en soledad y seguir con su ritmo de vida sin que yo reclamara. 

Pasó  el tiempo y ahora él proponía que saliéramos a lugares sencillos un par de horas y con poca gente, y entonces yo ya no quería, yo tenía planes lejos de casa,  lejos de él.  Temia que su pasividad contagiara mi inquietud.

Irónicamente, ahora, me gusta estar en casa, no hacer grandes planes, y tomar café  en el balcón. 

Pero cuando veo el fondo del pasillo no está,  ya no tengo a quien ver, y a la casa le falta él, su presencia estática. Que cada que yo entraba a su cuarto, dejaba todo para tomarme entre sus brazos  y apretujarme  y decirme que me amaba. Y entonces, por un momento pausaba  mi mente y solo me llenaba de su amor.