Negándome
Yo no quiero ser tu Zenobia, no es que no quiera vivir para ti, es sólo que tengo vida propia y sueños. Quiero compartir alegrías, no sólo lamentaciones y tristezas.
Quiero hacernos felices, y no vivir para que tú sonrías de vez en cuando.
Yo no quiero que esperes el final de mis días para hablar y decirme lo que realmente significaba para ti y que nunca me mostraste.