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Hija de un poeta y una socióloga, hermana de tres mujeres , la menor de todas ellas, Escrow Manager y bloguera, friolenta y tragoncita. Que disfruta conocer diferentes lugares de comida , viajar y cocinar. Le encantan los gatos, los búhos, los atardeceres, los programas de asesinatos y concursos de resposteria, ama el café con leche y la buena conversación. Un poco obsesiva con el orden de su hogar y con los sonidos de la noche. Soy tranquila, risueña, carrilluda, independiente y muy trabajadora.

lunes, 20 de julio de 2015

Confesiones


El mundo de la soltería hoy en día se hace más patético que de costumbre, ¿dónde quedaron esas cartas escritas a mano, esas llamadas telefónicas, esas citas sin encuentro sexual, ese coqueteo inocente?

Estamos creando una sociedad impersonal y emocionalmente inestable. Estamos en espera de conocer gente a través de una aplicación, donde ésta, nos presentará gente aparentemente “compatible” con nuestros gustos, pero no con nuestras metas, donde además de gente estúpida te topas con hombres y/o mujeres casados o ególatras adinerados.

Me siento vacía al esperar un simple mensaje del whatsapp, ya aunque sea una pinche nota de audio, algo que haga más contacto humano y deje de sentirme rodeada por robots.

Me tocó vivir en una época cibernéticamente fría.

Mi corazón reniega y sigue sintiéndose con vida propia para sentir.

Me siento triste al sentir alegría provocada por un simple icono de la mensajería o una foto provocadora.

Tengo ganas de una historia de amor como esas que cuentan nuestros padres, o que incluso tiene algunos amigos, que tuvieron la dicha o no, de encontrar persona para compartir su vida en la preparatoria o la universidad, o algún trabajo donde haya amplio repertorio de empleados.


¡Vaya, tengo ganas de algo que valga la pena y nos mis penas!