El mundo de la soltería hoy en día
se hace más patético que de costumbre, ¿dónde quedaron esas cartas escritas a
mano, esas llamadas telefónicas, esas citas sin encuentro sexual, ese coqueteo
inocente?
Estamos creando una sociedad
impersonal y emocionalmente inestable. Estamos en espera de conocer gente a través
de una aplicación, donde ésta, nos presentará gente aparentemente “compatible”
con nuestros gustos, pero no con nuestras metas, donde además de gente estúpida
te topas con hombres y/o mujeres casados o ególatras adinerados.
Me siento vacía al esperar un
simple mensaje del whatsapp, ya aunque sea una pinche nota de audio, algo que
haga más contacto humano y deje de sentirme rodeada por robots.
Me tocó vivir en una época cibernéticamente
fría.
Mi corazón reniega y sigue sintiéndose
con vida propia para sentir.
Me siento triste al sentir alegría
provocada por un simple icono de la mensajería o una foto provocadora.
Tengo ganas de una historia de
amor como esas que cuentan nuestros padres, o que incluso tiene algunos amigos,
que tuvieron la dicha o no, de encontrar persona para compartir su vida en la
preparatoria o la universidad, o algún trabajo donde haya amplio repertorio de
empleados.
¡Vaya, tengo ganas de algo que
valga la pena y nos mis penas!