Me pregunto si un día dejaré de
pagar renta y comprarme una casa o
apartamento propio, tener un carro y no andar en transporte público, un
futuro a mi vejez asegurado, una pensión cómoda, y no estar empacando en
las cajas de los mercados o en las calles mendigando por unas monedas. Tengo
planes para mí y no son estos, pero este país asfixia. Rompe con cualquier
burbuja mental esperanzadora.
Me pregunto también, si esos
empacadores, meseros, malabarista y/o vendedores de periódico hay algún profesionista que cumplió el sueño de estudiar una carrera universitaria, pero que no
encuentra un empleo de la misma, y tiene
que mantenerse a él y su familia.
Me pregunto cómo le hacen las
madres solteras para administrarse tan bien y alcanzar a pagar todo en su
casa, darle comida, techo a sus hijos, pagar útiles escolares, transporte
público y uniformes.
Creo que por eso existimos
adultos jóvenes que si anhelábamos desde niños con el sueño de tener una
familia. Pero que hoy en día tenemos que pensarlo dos veces, nos preguntamos
¿qué futuro le daremos a nuestros hijos?, ¿qué les espera, con estas reformas
educativas, eliminando materias clave,
ausentándose de clases constantemente? Creo que por eso cada día existen más
humanos con mascotas tratándolos como hijos, llenando ese espacio de amor que
estaba destinado para un narcicismo de carne y hueso con facciones humanas.