Una de ellas, la que me encanta y
bloqueo constantemente, es vale madrista, sincera, espontanea, sin miedos,
egocéntrica, sensual, coqueta con los hombres mayorsitos a ella. Ésta elige
perfectamente el lugar del encuentro con ese hombre especial con el cual
imagina millones de cosas que pudiesen hacer juntos, tales como: encuentros
literarios, exposiciones de pintura, salida con amigos, comidas incómodas con
los familiares de ambos, hasta encuentros sexuales cachondones. Este personaje,
mi favorita, es aquella que vive en mi imaginación y que de vez en cuando le
permiten salir a jugar y pasear un rato. La hormona se le acelera cuando le
mencionan encuentros de literatura y postgrados. El término “exalumno de tu
padre”, le resulta afrodisiaco.
Cuando el bato se le acerca
pareciese que lo único que tiene que leer en el frente de su pecho son estas
palabras mágicas, - sin compromiso,
mayor que tú, poeta, complicado y bipolar – Le gusta el hombre inalcanzable,
que no sabe lo que quiere y no define una postura, que no tiene inclinación
hacia a ella, pero que la incita a leer más y descubrir que es lo que realmente
quiere y busca en un hombre.
Por otro lado, “La Otra” la
sumisa, seria, miedosa y negativa, sale todos los días a pasear en el cuerpo de
Trilce, ahogada en su mente, reprimiendo encuentros sexuales y bloqueando las
señales amorosas. Eliminando a su paso cualquier posibilidad de una relación de
cualquier tipo, negándose al amor, diciéndose que eso no es para ella, que la
van hacer sufrir, que sola está mejor, diciéndole que arriesgarse es malo y que
no vale la pena, que debe bloquear a la puta de su imaginación. Pero al mismo
tiempo, es un poco obsesiva, de vez en cuando se satura de conflictos
existenciales haciendo drama y escribiéndoles cartas a los hombres, diciéndoles
lo mal que están y el infierno por el que hacen pasar a su mente.
Quisiera un día poder llegar a
ignorar la palabra puta de mi mente,
y dejarme ser, tener experiencias, gozarlas, tomarle lo bueno, y lo demás dejarlo
pasar. Porque no tiene nada de malo, invitar a salir a un hombre, quererme acostar
con ellos, imaginarme y planear encuentros amorosos, si tan solo me permitiese
aceptar el miedo y que hulla de mí, en estos momentos tendría más experiencias
en relaciones, y no necesariamente de pareja. Y sobre todo sabría qué es lo que
necesita y quiere realmente Trilce en un hombre.