Y ahí está tu cuerpo.
Delgado, alto y de mirada profunda de pie ante mí.
Retando a mis entrañas a no exponerse frente a ti.
Incitando mis labios a tocar los tuyos.
Pero esa mirada oscura, llena de miedo, me detiene por temor a perder la compostura de mi vida.
Intento sonreír cautelosa, pero tu presencia enuncia mi diastema de manera evidente.
Si tan sólo pudieras sentir lo que me causas, y descifrar mis ojos obteniendo todas las respuestas, el miedo se desvanecería y los fuertes soplos de.viento unirían nuestros cuerpos.
Dice todo
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