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Hija de un poeta y una socióloga, hermana de tres mujeres , la menor de todas ellas, Escrow Manager y bloguera, friolenta y tragoncita. Que disfruta conocer diferentes lugares de comida , viajar y cocinar. Le encantan los gatos, los búhos, los atardeceres, los programas de asesinatos y concursos de resposteria, ama el café con leche y la buena conversación. Un poco obsesiva con el orden de su hogar y con los sonidos de la noche. Soy tranquila, risueña, carrilluda, independiente y muy trabajadora.

viernes, 15 de abril de 2011

La balanza del corazón

No soy una persona que se enamora frecuentemente, pero cuando sucede, suelo ser tan intensa, que dejo de ser yo para convertirme en este ser que quiere dar todo por el otro, dejándome a mí por un lado, y cuando este amor tan grande que sentía por años quizá, me deja con esta persona desconocida a la que ya no sé como unirla para convertirla en lo que era en un inicio, en su esencia pura, me hace reflexionar sobre el querer tener a alguien nuevo en mi vida. Por esto creo que, el estado de enamoramiento en mi caso, suele ser destructivo y tiendo a controlarlo para que no pase por temporadas largas. Sin embargo hay veces en que no puedo concentrarme lo suficiente para poder manejarlo y pierdo el equilibrio.

Me he enamorado de apostadores al juego, aficionados del fut y hombres mayores, que hasta hoy me han dejado con ese mal sabor de boca, como el de un puro cubano. Aun no le he encontrado el gusto a todo esto del rollo sentimental, y es entonces, cuando a través de estas palabras descubro que he sido la sombra sin nombre de mis relaciones. Haciendo como si mí placer no existiera y solo tuviera que complacer a mi pareja.

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